Lo que los cananeos plantaron y edificaron, fue para aquella generación que nació en el desierto, viendo al Todopoderoso haciendo maravillas por ellos.
La generación nacida en el desierto, no lidió con la mente de esclavo de sus padres o abuelos. Ellos nacieron en medio de la nube y la columna de fuego. Para ellos era normal tener alimento del cielo todos los días o ver agua brotar de la roca. Nunca vivieron bajo el látigo de los egipcios, por eso su mentalidad y visión era conquistar y poseer lo que les había sido prometido.
Qué importante es entender que fue necesario que murieran todos los que aún tenían mente de esclavo a fin de que no afectaran la visión de los que estaban siendo formados en lo que es más allá de lo natural.
Que en este tiempo muera en cada uno de nosotros la mentalidad que nos hace ver las circunstancias adversas como cuando aún éramos esclavos del sistema de este mundo.
Amados, no estamos en la misma dimensión de Egipto, hemos sido alcanzados por grandes promesas y aunque veas adversidad delante de ti, enfócate en lo que te ha sido prometido y avanza abriéndote camino en medio de tus enemigos.
