HUELLAS DE SANGRE

Muchos creyentes que oran y aman a Dios viven en frustración al no ver concretado lo que el Señor les ha prometido porque creen que el único elemento necesario para romper maldiciones generacionales es la oración. El Señor estuvo mostrándome cómo hay huellas de patrones de conducta, traumas, y una serie de situaciones generacionales que no son espirituales - aunque tengan su origen ahí - que mantienen activas las transgresiones y, por ende, las iniquidades y maldiciones. También me enseñó que no solo se siguen huellas, sino que detrás de estas vamos dejando el rastro que la maldición sigue para que la serpiente venga a destruir o poner tropiezo y dificultades a los propósitos de Dios en nuestra vida. Todos venimos siguiendo una cadena de transgresión que nació en Adán, sin embargo, en Yeshúa se nos da la oportunidad única de poder poner fin a estas huellas y entrar en el nivel de entendimiento en Su Palabra a fin de nunca más reproducir patrones ancestrales y cortar el ciclo de la transgresión y la iniquidad. Es tiempo de ser libres de las huellas de sangre y romper con esquemas, parámetros de pensamiento y estructuras de la mente que nos llevan constantemente por huellas de sangre sin llegar a ningún lugar. Es tiempo de entrar en el pacto del Padre para con nosotros. Ellos, como Adam, quebrantaron mi pacto, Allí me fueron infieles. Galaad es una villa de malhechores, Llena de huellas de sangre. Oseas 6:7-8.